30 días de escritura. Día 5: “Dedíquele una elegía a alguien que odie.”

ELEGÍA A FERNANDO UHÍA

Quiero ser el macho alfa ante todo

y de mi aliento que brote el más dulce

aroma al Néctar, elegante modo.

De su tan grandioso pincel, Fernando

brotan bellas franjas de colores

cascadas brillantes, musas danzando.

¿Quién se imaginaría, oh, Uhía

que tanto virtuosismo, tan valioso

sería el veneno que lo mataría?

En el taller yo me siento impotente

y en charcos profundos lloro la pena

de perderte, mi maestro prepotente.

¿Qué será de la pintura sin usted?

¿Y quién nos enseñará el arte mayor?

¿Tendré que recurrir al ready-made?

Haré todo un performance en tu honor

me maquillaré cual muerto viviente

y como un zombie de cine de terror

bailaré, bailaré, sobre tu tumba

bailaré y me emborracharé con Néctar

haré del funeral toda una rumba.

Y lo haré por ti, Fernando mío

lo haré porque pobre corazón

que en su soledad lamenta el vacío.

Tarde llegabas a clase de siete y

te esperaba, grandioso pedagogo

pero temprano te llegó la muerte.

Temprano también te llegó la fama

y caminó de la mano contigo,

te llevó directamente a la cama

donde moriste, Fernando, moriste

y nos dejaste muy desconsolados

mi alma solitaria yace tan triste

como lienzos desprovistos de color

de nuestro Tuymans blanco, inacabado

óleos lisos, abarrotes de dolor.

Me aferraré con mi alma a tu legado

y con Esteban, con Gustavo, tus amigos

pintaremos el mundo que has dejado

de tu recuerdo seremos testigos.