No hay cartas de papel.

Mi ingeniero químico favorito,

el país está en llamas y nosotros somos de madera. No te mandé cartas de papel cuando se podía, entonces decidí mandarte un correo porque soy una hipster que siempre quiere que la vida se parezca más a como era antes. Creo que ya te había contado cuando Colombia estaba dividida en Estados y el Estado de Boyacá le declaró la guerra a Bélgica porque el presidente boyaco estaba enamorado de una princesa de por allá y ella le partió el corazón, pero la carta se perdió en el mar, entonces jamás ocurrió el enfrentamiento bélico. Dicen también que Espartero, líder de la Revolución que creó la Primera República de España, quedó perdidamente enamorado de la reina Isabel y que por eso es que siguieron en una monarquía hasta que estalló la Segunda República, que terminó con un golpe de Estado de Francisco Franco. Malparidos tombos y militares hijueputas. Representan todo lo que odio.

¿Recuerdas cuando nos vimos el Laberinto del fauno en mi casa? Mira que el otro día saqué una raíz de una materia y parecía una mandrágora. Se la mostré a Mario, pero el Man fue como...ah ok. ¿Y ahora qué hago con esto?

¿Tú qué harías con una raíz así, Federico? No se vale botarla. Yo haría un móvil y la colgaría del techo. Si viviera sola, tendría el techo lleno de móviles. Cuando era niña, había uno de madera colgado en la entrada y uno lo tocaba para llamar a la puerta. Era una especie de timbre, pero se pudrió.

Mañana es lunes de nuevo. Me gusta mayo. Más que abril. En mayo salen los cucarrones y me parecen animales muy bonitos.

Te extraño mucho.

Hoy pensé en ti porque haces las mejores papas a la francesa de Bogotá. Le ganan a las de Home Burguer. No sé cómo haces, pero te quedan en el nivel perfecto de crocancia.

Espero que descanses y que te rinda con tu trabajo y tu póster. Sabes que puedes contar conmigo para todo.

Te amo,

María.