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30 días de escritura. Día 12. Grábese hablando durante 10 minutos. Transcríbalo.

  • Foto del escritor: María Roda
    María Roda
  • 14 feb 2020
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 23 ago 2021

Extraído de unos voicenotes el 9 de enero del 2020:



Ya sabes. Era butifarra hasta que se leyó “La insoportable levedad del ser.” No, mentiras, ni siquiera. Era butifarra hasta que se vio “El club de la pelea”. Y entonces luego conoció a esa chica, que no era como las otras chicas.

Marica, tú y yo también somos un poco ese estereotipo. Mentiras. Tú no eres butifarro, sólo estudias una ingeniería, pero no eres butifarro. A ver, Federico: yo iba tranquila por la vida siendo una Manic Pixie Dream Girl, siendo Summer, la de 500 días con Summer o siendo la vieja de Eterno Resplandor de una mente sin recuerdos o “inserte un personaje protagónico femenino de serie de Netflix aquí:” y entonces tú ibas por la vida, rodeado de butifarros pero sabías que tú no eras butifarro, pero entonces eeh, estabas en ese conflicto de identidad con los butifarros. Y entonces nos conocimos y ese día te diste cuenta de que no eras butifarro y nos enamoramos. Entonces esa es la historia de “boy who meets a girl, girl who meets a boy…”

No, pero el man no era butifarro. Porque es que lo que pasa con los butifarros es que los butifarros son como...no sé...son como muy clase media. No, parce, ¡obviamente no eres butifarro!...Es que...el muchachito era como del Moderno, como el clásico muchachito del Moderno que va a estudiar derecho, pero le gusta leer como...no sé...Jonathan Swift...mentiras, Jonathan Swift es un mal ejemplo. Eh, no sé, va a estudiar Derecho pero le gusta leer a Borges. Sí, era como ese tipo de man. Va a estudiar Derecho, pero le gusta leer a Borges, del Moderno, entonces se pone traje aunque tenga dieciocho años. Y entonces conoce a esta pelada que le gusta leer...eh...Isabel Allende y se enamoran. Se enamoran, pero igual se vuelven mejores amigos, porque los dos estudian derecho y les gusta leer, y entonces él lee Borges y ella lee Isabel Allende y entonces se van juntos a estudiar a la biblioteca y luego van a Andrés a Comer, pero son amigos, no novios. Y entonces de la nada...eh...un día...comienzan a reírse...como...sí...como que comienzan a mariquear, a huevonear, depronto un día en la finca del man, porque el man tiene mucha plata, entonces están como en el club o en la finca...y...y nada, terminan besándose, y luego están re confundidos porque, ¡juepucha! ¿Qué acaba de pasar? Ósea, huevón, ¿qué acaba de pasar?Marica, o sea, ¡me di besos con Juanpis! Y entonces pues así. Entonces de la nada empiezan a salir en secreto porque no saben lo que opinarían los amigos. Y entonces luego el man un día dice: “No, al carajo, le voy a pedir el cuadre, pero tiene que ser algo memorable, entonces se va a Tornamesa y pone noticas en todos los libros que a ella le gustan. Entonces pone noticas en “La casa de los espíritus” de Isabel Allende, pone noticas en “Harry Potter”, y todo eso. Y luego se va con ella, y llegan a la librería y entonces le dice: “no es que lo que pasa, o sea, mira esta promoción que hay en Tornamesa, que si ganas un juego entonces tienes el 15% de descuento en los libros”. Y ella: “Ay, qué chevere, o sea, me encanta leer.” Entonces, pues nada...eh...hacen el juego de pistas y él la acompaña haciéndolo.

Mientras hacen el juego de pistas, el man sólo está demasiado entusiasmado, pero lo planeó todo minuciosamente, porque el tipo estudia Derecho. En Los Andes, güevón. O sea, el man tiene que...sí...como que lo tiene todo planillado, entonces también se siente orgulloso de su obra maestra, porque en el fondo se siente como un escritor, como un artista, como un creador. Entonces suben las escaleras, y él mira cómo se mueve su pelo sobre sus hombros. Y entonces dice: “juepucha, estoy muy enamorado de ella.” Y ella, ingenua, sólo se concentra en el juego de pistas.

Bueno, pero entonces estábamos en que ellos están en la librería, y él está acompañándola en el juego de pistas. Entonces pongámosle un nombre al man. El man se llama...se llama Jorge. Me gusta Jorge. Me gusta ese nombre: Jorge. Entonces Federico: están Jorge y Nicole en la librería buscando los libros. Entonces como que Nicole no se lo pilla hasta que, de la nada ve “Como agua para chocolate” y se acuerda de que se vio la película con Jorge y le dijo: “Parce, la película parece una maldita telenovela mala.” Entonces el man le dice: “Sí, definitivamente.” Y ella: “Pero un día te voy a preparar codornices en pétalos de rosa. Porque el libro sí me gustó. Me lo leí cuando...cuando tenía 15 años.” Entonces Jorge le dice como...eh… “algún día quiero probar esa receta”. Entonces ahí, ella cuando llega ahí, a ese libro y encuentra la letra “S” y forma la palabra “Q-U-I-E-R-E-S” dice: “Hay algo extraño aquí. ¿Por qué me está tuteando?” Y es un poco extraño que un juego de pistas, organizado por un negocio te esté tuteando.

Entonces en ese momento la librería como que tuvo un montón de sucesos que ocurrían paralelamente, en el mismo lugar, pero entonces todos los sucesos eran...eran...como muy fuertes, como muy gloriosos. Entonces...eh...bueno, mientras Jorge, porque le pusimos Jorge se le declaraba a Nicole, la amiga que conoció el día de la inducción en la Universidad de los Andes en Derecho, abajo yo le estaba buscando un libro a Mario Mendoza, porque cumple años mañana. Y yo recordaba cuando vi a Mario Mendoza en el colegio hablar, y recordaba cuando leí “Satanás”. Y en esa época yo nadaba, nadaba mucho. Básicamente mi vida consistía en leer y nadar, pero entonces esto no se trata de mí. Esto se trata de Nicole y Jorge...y su declaración de amor.

Cuando Nicole llegó al punto de interrogación final, que estaba en “Harry Potter”, se dio cuenta.

Se dio cuenta de que quizás se casaría con Jorge, o de pronto no funcionaría. Porque...luego Nicole se iría al exterior. Y Jorge...eh...no sé. Le pondría los cachos en alguna discoteca de la 85. ¡Pero no! Porque Jorge y Nicole no son asi. Jorge y Nicole son fieles. Y se aman, y son monogámicos. Pero entonces ella, de una, cuando la pisteó completamente, dijo: “Sí. Quiero ser tu novia.”

Entonces nada. Se dieron besos. Y el amigo de Mario Mendoza se llevó “La Divina Comedia” de Dante, las tres ediciones de Galaxia Gutemberg. Mejor dicho: los tres tomos de Galaxia Gutemberg. Yo casi me mato en la escalera, bajándolos y un señor, un viejito que tenía como una cosa blanca en la frente y parecía una especie de teórico del anarquismo me compró unos tomos gigantescos de Maupassant. Ese fue el momento en el día en el que hice la mayor cantidad de ventas. Eso irá para la comisión. Así que muchas gracias, Nicole, y muchas gracias, Jorge.



Por: María Roda.

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